Parece mentira lo rápido que pasa el tiempo. Allá por la semana negra de enero en la que
murieron Bowie y Rickman, quise hacer una entrada hablando de los dos. Y es que
esa semana, me quedé un poco huérfana.
De Bowie ya os hablé cuando hablé de Dentro del laberinto.
Recuerdo que me negaba a verla y unos amigos me obligaron a hacerlo, y ahora no
pueden dejar de repetirme que me quedé pegada a la pantalla y que casi bailaba
con las cancioncillas.
A Alan Rickman lo conocí
gracias a Harry Potter y a un montón de grupos de msn (así de viejo es
internet) y gracias a un montón de gente con las que pasé el horas hablando de Harry Potter y
de cine, y me descubrieron otras películas: Die Hard, Sentido y Sensibilidad…
No podré olvidar como alguien me regaló por sorpresa el DVD de Sentido y
Sensibilidad porque tenía que tenerlo… (y sí, tenía razón, es una de mis películas
favoritas y uno de sus mejores papeles).
Sí, esa semana de enero me quedé un poco huérfana de ídolos,
porque uno escoge ídolos por muchas cosas… yo los escojo por las personas a las
que me unen.